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Hace tiempo vengo pensando ¿como haría si tuviese que reunirme con un cliente a una hora en  que mis hijos no están en la escuela, ahora que vivo en otra ciudad donde no tengo La Linda Abuela o el Tío fresco que podían de vez en cuando ayudarme con ellos?

Si te soy sincera yo no le veo nada de malo a llevármelos a las reuniones, pero también soy conciente de que a algunas personas no les gusta estar acompañados por niños.

Pues en eso “tiro la toalla” (expresión que se refiere a renuncio)  pienso más en mí y menos en lo que los demás opinan.

Voy a dejar de disculparme por llevármelos porque es esta la realidad que amo en mi vida, no es la verdad absoluta en todos, pero en mí, es la que me hace sentir tranquila.

Ahora solo en mi cabeza hay pensamientos hacía las madres que deben ir a una oficina más  de 10  horas al día con los malestares propios del embarazo o las que sin quererlo deben dejar a su bebe al cuidado de otro.

Ahora pienso lo poco que hago por esas Madres que NO TIENEN UN EQUILIBRIO JUSTO LABORALMENTE.

Ahora recuerdo lo injusta que he sido cuando opino o pienso algo de otra Madre sin siquiera saber su historia

Ahora me doy cuenta y me confirmo que TODAS ESTAMOS EN EL MISMO EQUIPO, que somos más cuando en vez de tratar de que gane mi opinión me relajo a escuchar sin juzgar, solo comprendiendo que mi verdad no es la absoluta, es la ideal para mí, pero no es la ideal para todas.

Desde hace 24 horas mi cabeza esta craneando como ayudar a crear un sistema más justo donde las Madres que así lo deseen puedan llevar a sus niños al trabajo, tipo google, o que realizaran sus actividades desde su casa.

Sé que muchos empresarios dirán que así no les alcanza el tiempo y yo quiero contarles la historia de mi amiga Camila (existe pero su nombre no es real)

Camila trabaja desde casa pero su horario no es el habitual, se levanta a las 4 de la mañana para adelantar cosas del trabajo antes de despertar a sus hijas para llevarlas al colegio. Las mañanas debe compartirlas entre cosas de la casa y una que otra cosa del trabajo, luego en la tarde vienen las tareas pero ella ha educado tan bien a sus hijas que casi no requieren de su ayuda para hacerlas. Las duerme a las 7 p.m. y de 8 a 10 de la noche vuelve al ruedo para terminar su día laboral.

Nunca ha tenido una queja por parte de su empleador, siempre entrega a tiempo su trabajo y cuando le pregunto: COMO LE HACES? Me responde tan sencilla como si no fuera la heroína que yo veo en ella: “es fácil, la madrugada para mi es el éxito y de vez en cuando hasta una siesta me puedo dar”

En Colombia, o en muchas partes del mundo, debe haber miles de mujeres esperando una oportunidad laboral como la que tiene Camila. Estoy convencida de que los empresarios no han visto las ventajas que para ellos sería tener empleadas o proveedoras más comprometidas y AGRADECIDAS con ellos, como lo serían Las Madres con trabajos más flexibles.

El teletrabajo no es algo nuevo, personalmente conozco personas que tienen trabajos desde casa, en su gran mayoría  hombres.

Este artículo lo escribí porque quiero ayudar y recibo toooodas las ideas que tengas para que seamos más unidas y encontremos una solución amigable para todos.

Meli.

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