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Recuerdo que cuando era niña una tarde resolvimos junto con mi hermana vender piedras y no eran piedras preciosas, eran SIMPLEMENTE PIEDRAS. Claro que a los 10 años todo nos parece GENIAL –así lo sentía en mi época- ahora la frase favorita de mi Tiqui mayor es: “estoy aburrido” (pero eso es otro tema)
Tengo en la memoria como si fuera ayer lo bonitas que  veía las piedras que con mi compañera de vida y yo pintamos, no muy bien, con un marcador.
Esa tarde pasaron varias personas y como unas profesionales de la venta a cada uno de los transeúntes ofrecíamos nuestros preciados tesoros contándoles que no era cualquier piedra, que eran piedras hechas a mano, un señor con cara de no aguantar la risa nos preguntó: “pero como una piedra es hecha a mano?” a lo que muy orgullosas contestamos: “porque nosotras mismas las pintamos por eso están Hechas a Mano” con determinación y porque creo que no había mas nada que hacer duramos casi toda la tarde en esta tarea hasta que una Señora que pasaba por ahí se detuvo a escuchar nuestras razones de porque una piedra pintada con un marcador sería un bonito objeto de decoración para su casa, luego por Diosualidad nos compró la única que vendimos esa tarde por la cuantiosa suma de $10.
No lo podíamos creer habíamos vendido algo y nos sentíamos GIGANTES. Lo que quiero resaltar al revivir esta historia es que desde antes de vender la única piedra que salió de nuestro rudimentario stand Ya mi hermana y yo nos sentíamos TOCANDO LAS ESTRELLAS, el sueño de hacer algo nuevo para nosotras ya estaba cargado de tanta energía como para hacernos mover y lo mejor para hacernos PERMANECER allí esa tarde seguras que mágicamente una de NUESTRAS PIEDRAS PRECIOSAS adornaría otra casa diferente a la nuestra.
Ahora muchos años después varias veces debo preguntarme donde quedo esa niña a la que le era fácil Tocar Estrellas y como me deje programar por la adultez y creerme el cuento de que son inalcanzables. Haciendo esta tarea que me he propuesto, después de casi 8 meses de hablar de una vaca que salta la luna, de planetas alcanzables y Sueños que se cumplen he podido poco a poco reencontrarme con “La Melo de Melocotón” como me decía por ese afecto irrepetible de las amigas de la niñez una niña que hoy recuerdo con gran afecto su nombre me indica que nada es por casualidad,  porque se llama: ESPERANZA.
Por eso:
Hoy Abrázate y de corazón espero que te vuelvas a encontrar con tu niño interior para que Juntos TOQUEN ESTRELLAS.
 

Nota: Solo al escribir este post caí en cuenta que la Niña que siempre recuerdo por el dulce sobrenombre que me puso tiene un Nombre Mágico.
Gracias por pasearte por aquí y suscribirte
Un abrazo Arcoiris,
Meli.

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