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En cada Familia o hasta en nosotros mismos existe ese personaje despistado que es muy querido por todos por su corazón inocente y desinteresado.
Los cuentos que aquí narraré son totalmente…exagerados y si, tengo mi musa inspiradora pero a lo mejor ni ella caerá en cuenta de quien hablo, ahí les va algo de este personaje.
Mi tía vieja es un mujer hermosa que ahora no sabe cuantos años tiene porque usaba a su hermano mayor como calculadora genealógica para preguntarle: ¿cuantos años tienes tu? y al escuchar el numero, no muy deseado, le quitaba algunos años y hallaba su respuesta.
Este personaje creó su seudónimo ella misma porque al nacer mis hijos y viendo que todos los tíos y abuelos querían que los llamarán de una forma especial y diferente, un buen día la escuche diciéndole a mi hijo mayor en ese entonces con unos 3 años, yo me llamo: TIA VIEJA, claro ahora no lo recuerda y muchas veces cuando mis hijos la nombran con su particular apodo me mira fijamente como diciéndome “esto es invento tuyo”
EL LADRÓN DECENTE
Muchas de  las mujeres de esta familia  estuvieron en el Baby Shower de mi hermana, entre ellas LA TIA VIEJA, ese día se veía realmente despampanante, llevaba puesto un vestido muy formal y un turbante que era fajón pero que ella misma decidió usar en la cabeza. LLega el final del festejo y cada uno arranca pa’ su casa, ese día LA TIA VIEJA decide que es una bonita noche para caminar y emprende camino a su hogar a pesar de estar a más de 20 cuadras de distancia, al día siguiente hablamos y le pregunto como le fue en su hazaña a lo que me responde: “nena imagínate que casi me atracan” es ahí que me cuenta que casi llegando a su posada un hombre grande se le acerca y le dice: “doña, deme la cartera” y como iba a dar la cartera si guarda ahí los papeles de todos los volantes de pago del seguro medico de hace más de dos años. !Pobre hombre¡ el pensaría que esa Señora elegante tenía la cartera gorda de dinero y no de papeles.

Al escuchar su historia me preocupo y le pregunto porque no la atracaron a lo que ella me responde que un portero de un edificio espantó al ladrón y termina esta historia con una frase que me confirma su peculiar forma de tomar la vida: “La verdad nena que el ladrón muy decente porque sin gritos ni atropellos me decía DOÑA DEME LA CARTERA, ves nena el hombre pa’ que muy decente”.
 
Bueno con este cuento te dejo deseándote un día Arcoiris…lleno de color
Meli.
Gracias por pasearte por aquí y suscribirte
Un abrazo Arcoiris,
Meli.

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