Hay una frase que desde que la escucho vuelve a mi constantemente, dice: «El Dinero Sigue al Gozo»…

…sabes que nos genera ese gozo, la gratitud, una filosofía de vida que los Hawaianos tienen muy presente gracias a una de sus aprendizajes ancestrales que se conocen mundialmente como el Ho’oponopono…

…aquí quiero compartirte como logré transformar mi negocio a uno agradecido, por haber recordado lo que agradecimiento hizo en mi vida.

MI HISTORIA

Cuando mi hijo mayor tenía unos 3 años me di cuenta que yo había desarrollado una fobia, un tipo de hipocondría, que simplemente me envolvió en el «no vivir», pensar en el futuro de manera apocalíptica era mi rutina…

…lo más curioso es que llevaba años con esta misma situación, solo que antes siempre la justificaba, según yo, era de personas responsables el preocuparse…

…pero algo pasó cuando mi hijo tenía 3 años, hicimos un viaje como familia que teníamos meses planeando y soñando, y cuando ya estabamos en el lugar deseado, yo no pude disfrutar los primeros días porque siempre estaba preocupada por el futuro.

Sabes cuando Dios pone Ángeles en tu camino, a mi me pasó eso, en ese viaje nos encontraríamos con una Tía que es Terapeuta Holística que me ofreció ayudarme, cuando salí de su consulta la opresión que tenía en el corazón de manera constante, se fue…

…recuerdo que sus palabras fueron que cuando volviera a mi ciudad buscara a un profesional que me ayudara con este proceso…

…lo hice! encontré un Médico Bioenergetico, fui a su consulta, me midió con cristales, y cosas que nunca antes había visto, me miró a los ojos…

…y me dijo: ¿crees en Dios?

…comencé a llorar, le conté que creía en el Amor, en ese Energía, pero que no me encontraba, ni seguía ninguna Religión organizada (lo dije con miedo de que mi respuesta causara que me rechazara)…

…se río, me dijo que no necesitaba estar en ninguna, solo conectarme con ese Dios en el que creía, sin culpas…

…y allí me habló, de esta filosofía de agradecer todo el tiempo, no era necesario sentirlo, solo repetir las palabras mágicas, entre ellas «Gracias» podía hacerlo en mi mente, o en voz alta, o en medio de cánticos, me habló del Ho’oponopono…

…lo practiqué con una disciplina sagrada…al cabo de un mes fui consciente de que ya no recordaba mi fobia, esos pensamientos se fueron, como si hubiesen estado escritos con lápiz y ahora en mi mente hubiese un borrador que fui usando gracias a la gratitud (aquí es perfecta esta redundancia).

CREE UN NEGOCIO AGRADECIDO

Con los años de haber creado este negocio, me vi envuelta nuevamente en pensamientos negativos frente al futuro de mis fuentes de ingresos…

…me planteé un experimento, usar el Ho’oponopono en mi negocio, darle esta energía de Agradecimiento a las formas con las que ganaba dinero…

….no perdía nada, de hecho si vivir en gratitud me sanó de una fobia que no me dejaba disfrutar la vida, algo bueno podría crear en mi negocio.

ESTO FUERON LOS PASOS QUE SEGUÍ

#1 Comencé a llevar una libreta de abundancia.

Es una libreta en donde anotas todo lo que pagas, todo lo que ingresa a tu vida en forma de dinero, de regalo, en resumen de abundancia feliz, en esta libreta antes de escribir, por ejemplo, que pagué el café en el Satarbucks, lo hacía dando las gracias por ello, años después encontré un libro de un Japones que habla muy bien de este tema, el contenido de este es magia pura Aquí puedes verlo

#2 Envíe amor a cada persona que entró a mi lista de email.

Una de las formas que más me ayudan a vender es a través del email marketing (aquí tienes una guía para aprender) entonces tomé una hojas de papel y cada vez que veía que había un nuevo suscriptor, lo escribía en esa hoja con un gran gracias, cerraba los ojos y le enviaba amor a ese ser.

#3 Imagine mi negocio como una persona

Este ejercicio fue feo, revelador y lleno de luz a la vez.

Imagine que mi negocio era una persona, le pregunté si era feliz y me dijo «no»…

…luego de saber que yo misma había creado esa realidad, comencé a tratar con amor a mi negocio, pensaba cosas como que siempre llegaban a mi clientes que me parecían maravillosas, me cree una oficina portátil (aquí puedes ver como crear una) llena de cosas que me hacían feliz, y con el tiempo, paso a paso, pude sentir como mi negocio empezó a transformarse en uno feliz.

Espero que mi historia pueda darte paz, gracias por estar aquí, Melissa.